49. La crítica malévola se ha complacido en representar las comunicaciones
espiritistas rodeadas de las prácticas ridículas y supersticiones de la magia y de la
nigromancia. Si los que hablan de Espiritismo sin conocerlo se hubiesen ocupado en
profundizar sobre el tema en cuestión, se hubieran economizado gastos de imaginación o
alegaciones que no sirven más que para probar su ignorancia y su mala voluntad. Para
edificación de las personas extrañas a la ciencia, diremos que para comunicar con los
espíritus no hay ni días, ni horas, ni lugares más propicios los unos que los otros; que
para evocarlos no son necesarias fórmulas sacramentales o cabalísticas, que no son
precisas preparación ni iniciación alguna, que el empleo de todo objeto material, ya para
atraerlos, ya para rechazarlos, no produce resultado, que basta el pensamiento, y en fin,
que los médiums reciben sus comunicaciones tan simples y naturalmente como si fuesen
dictadas por una persona viva y sin salir del estado normal. Sólo el charlatanismo puede
afectar maneras excéntricas y añadir accesorios ridículos.
El llamamiento de los espíritus se hace en nombre de Dios, con respeto y
recogimiento. Esto es lo único que recomienda a las personas formales, que quieren
establecer relaciones con espíritus serios.