Contradicciones
97. Las contradicciones que se notan con bastante frecuencia en el lenguaje de
los espíritus sólo puede sorprender a los que tienen de la ciencia espiritista un
conocimiento incompleto, porque son consecuencia de la naturaleza misma de los
espíritus, que, como hemos dicho, sólo saben las cosas en razón de su adelanto y algunos
saben mucho menos que ciertos hombres. Sobre una multitud de aspectos no pueden
emitir más que su opinión personal, que pueden ser más o menos acertada, y conservar el
reflejo de las preocupaciones terrestres de que no están despojadas; otros forjan sistemas a
su antojo sobre lo que aún no saben, particularmente en lo concerniente a las cuestiones
científicas y al origen de las cosas. No es, pues, nada sorprendente que no están siempre
acordes.
98. Algunos se sorprenden al ver comunicaciones contradictorias firmadas con
el mismo nombre. Sólo los espíritus inferiores pueden, según las circunstancias, hablar
contradictoriamente; los espíritus superiores no se contradicen nunca. Cualquiera, por
poco iniciado que esté en los secretos del mundo espiritual, sabe la facilidad con que
ciertos espíritus se adornan con nombres prestados para crédito a sus palabras; y puede
inducirse con certeza que de dos comunicaciones, radicalmente contradictorias en el
fondo del pensamiento, y al pie de las cuales se halla el mismo nombre respetable, la una
es esencialmente apócrifa.
99. Dos medios pueden servir para fijar las ideas sobre cuestiones dudosas: el
primero consiste en someter todas las comunicaciones a la comprobación severa de la
razón, del sentido común y de la lógica. Ésta es una recomendación que hacen todos los
buenos espíritus, y que se guardan bien de hacerla los mentirosos, porque saben
perfectamente que ha de perjudicarles un examen serio. Por eso evitan la discusión y
quieren ser creídos sin réplica.
El segundo criterio de la verdad es la concordia de la enseñanza. Cuando el
mismo principio es enseñado en muchos puntos por diferentes espíritus y médiums
ajenos los unos a los otros, y que no están bajo las mismas influencias, puede deducirse
que es más verdadero que el que emana de un solo origen y es contradictorio por la
mayoría. (El Libro de los Médiums, cáp. XXVII, “De las contradicciones y
mistificaciones”, El Evangelio según el Espiritismo, “Introducción. Autoridad de la
doctrina espiritista”.)