3. Aunque ciertos fenómenos pueden ser provocados, puesto que provienen de
inteligencias libres, nunca están a la absoluta disposición de nadie, y cualquiera que se
jactase de obtenerlos a su antojo probaría a su ignorancia o su mala fe. Es preciso
esperarlos, recibirlos al paso, y a menudo sucede que, cuando menos los esperamos, se
presentan los hechos más interesantes y concluyentes. El que quiere instruirse seriamente
debe, pues, armarse, en esto como en todo, de paciencia, de perseverancia y hacer cuanto
sea necesario, pues de otro modo más vale no ocuparse de ello.