17. Los espíritus poseen todas las perfecciones que tenían en la Tierra, pero más
expeditas; porque sus facultades no están contrariadas por la materia, experimentan
sensaciones que nos son desconocidas; ven y oyen cosas que nuestros limitados sentidos
no nos permiten oír ni ver. Para ellos no hay oscuridad, salvo para aquellos cuyo castigo
consiste en vivir temporalmente en tinieblas. Todos nuestros pensamientos repercuten en
ellos, y en ellos leen como en un libro abierto; de modo que lo que podemos ocultar a
alguien mientras vive, no lo podemos en estado de Espíritu. (El Libro de los Espíritu,
núm. 237.)