1. Es erróneo creer que basta, a ciertos incrédulos, ver fenómenos
extraordinarios para convencerse. Los que no admiten la existencia del alma o del
Espíritu en el hombre, no pueden admitirla fuera de él, y negando la causa, niegan por
consiguiente el efecto. Teniendo, pues, casi siempre, ideas preconcebidas y adaptando la
actitud de negar, lo cual las separa de una observación seria e imparcial, hacen preguntas
y objeciones a las que es imposible contestar completamente en el primer momento,
porque sería preciso seguir, con cada persona, un curso y tomar las cosas desde su
principio. El estudio anticipado da, como consecuencia, respuesta a las objeciones, cuya
mayor parte están fundadas en la ignorancia de la causa de los fenómenos y de las
condiciones en que se producen.