88. La facultad medianímica es un don de Dios, como todas las otras facultades,
que pueden emplearse en bien y en mal, y de la cual puede abusarse. Tiene por objeto
ponernos en comunicación directa con las almas de los que han vivido, a fin de recibir
sus enseñanzas y de iniciarnos en la vida futura. Así como la vista nos pone en
comunicación con el mundo visible, así la mediumnidad nos relaciona con el invisible. El
que de ella se sirve, de un modo útil, para su adelanto y el de sus semejantes, cumple una
verdadera misión, por la que recibirá recompensa. El que abusa de ella y la emplea en
cosas fútiles o para su interés material, la aleja de su fin providencial, y sufre tarde o
temprano la pena, como aquel que emplea mal cualquier otra facultad.