6. El mismo razonamiento es aplicable a los que juzgan al Espiritismo por ciertas
obras excéntricas que sólo pueden dar una idea incompleta y ridícula. Tan responsable es
el Espiritismo grave de las faltas de los que lo comprenden mal o lo practican
erróneamente, como la poesía de los malos poetas. Es sensible, dicen, que dichas obras
existan, porque son nocivas a la verdadera ciencia. Indudablemente sería preferible que
sólo las hubiese buenas, pero la mayor parte de la culpa recae sobre los que no se ocupan
de analizarlo todo. También todas las artes, todas las ciencias, se encuentran en el mismo
caso. ¿No se ha escrito acerca de las cuestiones más serias tratados absurdos y plagados de
errores? ¿Por qué habría de ser el Espiritismo el privilegio, sobre todo en su principio? Si
los que lo critican no lo juzgaran por las apariencias, conocerían lo que él rechaza, y no le
achararían lo que él repudia en nombre de la razón y de la experiencia.