70. Uno de los mayores escollos de la mediumnidad es la obsesión, es decir, el
dominio que pueden ejercer ciertos espíritus sobre los médiums, imponiéndoseles con
nombres apócrifos e impidiéndoles comunicar con otros espíritus. Es al mismo tiempo un
escollo para el observador novicio e inexperto que, no conociendo los caracteres de este
fenómeno, puede ser engañado por las apariencias, como el que, no sabiendo medicina,
puede hacerse ilusiones sobre la causa y la naturaleza del mal. Si en este caso es inútil el
estudio anticipado al observador, al médium le es indispensable, porque le proporciona
medios de prevenir un inconveniente que podría tener para él consecuencias
desagradables. Por esta razón no recomendaremos nunca bastante el estudio, antes de
entregarse a la práctica. (El Libro de los Médiums, cap. XXIII.)