94. La identidad es una de las grandes dificultades del Espiritismo práctico, a
menudo es imposible evidenciarla, sobre todo cuando se trata de los espíritus superiores,
antiguos con relación a nosotros. Entre los que se manifiestan, muchos no tienen nombre
para nosotros, y para fijar nuestras ideas, pueden tomar el de un Espíritu conocido
perteneciente a la misma categoría; de modo que si un Espíritu se comunica con el
nombre de San Pablo, por ejemplo, nada prueba que sea precisamente el apóstol de este
nombre, puede ser él o un Espíritu del mismo orden, o uno enviado por él.
La cuestión de identidad es en este caso completamente secundaria y sería pueril
atribuirle importancia, lo que importa es la naturaleza de la enseñanza. ¿Es buena o mala,
digna o indigna del personaje cuyo nombre lleva, la aceptaría éste o la rechazaría? He aquí
toda la cuestión.