74. En la locura propiamente dicha la causa del mal es interior. Es preciso, pues,
procurar restablecer el organismo a su estado normal; en la subyugación la causa del mal
es exterior, y es preciso librar al enfermo de un enemigo invisible, oponiéndole no
remedios, sino una fuerza moral superior a la suya. La experiencia prueba que en
semejante caso los exorcismos no han producido nunca ningún resultado satisfactorio, y
que más bien han agravado que mejorado la situación. Indicando la verdadera causa del
mal, sólo el Espiritismo puede dar los medios para combatirlos. Es preciso, en cierto
modo, educar moralmente al espíritu obsesor, y por consejos sabiamente dirigidos se
logra hacerle mejor y renunciar voluntariamente a atormentar al enfermo, quedando así
libre el paciente. (El Libro de los Médiums, núm. 279.)