48. Ciertas personas se forman una idea muy falsa de las evocaciones, y las hay
que creen que consisten en hacer venir a los muertos con el lúgubre aparato de la tumba.
Lo poco que acabamos de decir sobre este particular debe disipar semejante error. Sólo en
la novelas, en los cuentos fantásticos de aparecidos y en el teatro se ve a los muertos
descarnados salir de sus sepulcros, cargados de sudarios y haciendo crujir sus huesos. El
Espiritismo, que nunca ha hecho milagros, tampoco ha hecho éste, y jamás ha pretendido
que reviviese un cuerpo muerto. Cuando éste está en la fosa está definitivamente; pero el
ser espiritual fluídico, inteligente, no ha sido sepultado con su grosera envoltura. Se ha
separado de la misma en el momento de la muerte, y operada la separación, nada tiene
de común con aquélla.