59. El médium posee únicamente la facultad de comunicar, pero la
comunicación efectiva depende de la voluntad de los espíritus; si los espíritus no quieren
manifestarse, el médium nada obtiene; es como un instrumento sin músico.
Comunicándose únicamente los espíritus cuando lo quieren o pueden, no están
al capricho de nadie; ningún médium tiene poder para hacerlos venir a su voluntad y
contra la de ellos.
Esto explica la intermitencia en la facultad de los mejores médiums y las
interrupciones que experimentan, a veces durante meses.
Sin razón, pues, se asimilaría la mediumnidad a un conocimiento. Éste se
adquiere con el trabajo: el que lo posee es siempre dueño de él, y el médium no lo es
nunca de su facultad, porque ésta depende de una voluntad ajena.