36. De la diversidad de cualidades y aptitudes de los espíritus resulta que no
basta dirigirse a un Espíritu cualquiera para obtener una respuesta exacta a cualquier
pregunta; porque, sobre muchas cosas, sólo les es lícito dar su opinión personal, que
puede ser exacta o falsa. Si es prudente, confesará su ignorancia acerca de lo que no se
sabe; si es ligero o mentiroso, responderá sobre todo sin preocuparse de la verdad, y si es
orgulloso dará su idea como una verdad absoluta. Por esto dice San Juan Evangelista: No
creáis a todo Espíritu, sino probad si los espíritus son de Dios. La experiencia prueba la
sabiduría de este consejo. Habría, pues, imprudencia y ligereza en aceptar sin
comprobación todo lo que viene de los espíritus. Por esto es esencial el estar instruido
sobre la naturaleza de aquellos con quienes comunicamos: (El Libro de los Médiums,
núm. 267.)