41. Las comunicaciones con los espíritus deben hacerse siempre con calma y
recogimiento. Jamás debe perderse de vista que los espíritus son las almas de los hombres
y que es inconveniente convertirlas en juguete y objeto de pasatiempo. Si se guarda
respeto a los restos mortales, más se debe guardar aún al Espíritu. Las reuniones frívolas y
ligeras faltan, pues, a un deber, y los que forman parte de ellas deberían pensar que de un
momento a otro pueden entrar en el mundo de los espíritus y que no les sería placentero
verse tratados con tan poca diferencia.